11/01/08

 

Anaya no fue el impulsor de la guerra  

Aclaramos que no nos interesa reivindicar personajes, ni tampoco queremos figurar cambiando nuestro pensamiento tantas veces fuese necesario con tal de salir en algún medio periodístico. Publicamos y analizamos los hechos según han pasado, sin tinte ideológico.

En diversos medios de comunicación ha salido publicado que el reciente fallecido Almirante Anaya, quien era el Jefe de la Armada durante Malvinas, había sido quien impulsó el conflicto.

Esa postura no es cierta, y denota una clara intención (como sucedió durante estos 25 años) de hacer de la Argentina el país agresor.

Dice el diario Perfil, a través de una nota realizada por el veterano César Trejo:

"El Almirante Jorge Isaac Anaya fue quién impulsó la guerra de Malvinas, prometiendo al general Leopoldo Fortunato Galtieri, a fines de 1981, el apoyo de la Armada para convertirlo en sucesor del general Roberto Viola en la Presidencia de la Nación."

La historia oficial explica esta decisión a partir de la necesidad de la dictadura militar de perpetuarse en el poder, dando crédito a la teoría de las causas endógenas de la guerra de Malvinas. Ese uno de los principales argumentos de quienes condenan de plano y sin discusión ni análisis la decisión de recuperar Malvinas, al margen del camino diplomático.

En un artículo que escribí en 2004, recientemente reproducido en el libro "Malvinas: la otra mirada", polemizaba sobre este tema con el historiador Luis Alberto Romero, afirmando la teoría de las causas exógenas de la guerra de Malvinas. Se trata de una hipótesis desarrollada por algunos analistas del conflicto - "polemólogos" se autodefinen, entre los que destacan Mariano César Bartolomé-, y que afirman que el conflicto armado de 1982 entre la República Argentina y el Reino Unido fue "fabricado" por EE.UU. e Inglaterra, con la finalidad prioritaria de establecer una base militar de la OTAN en el Atlántico Sur, que es la que hoy está en la Isla Soledad, llamada "Mount Pleassent".

Según esta interpretación, habría dos razones estratégicas principales para convertir a Malvinas en un gigantesco portaaviones fijo occidental:

* Proteger las líneas de control marítimas del petróleo de Medio Oriente desde el Atlántico Sudoccidental, amenazadas por la presencia soviética en territorio africano.
* Reemplazar la base de la OTAN en Simonstown, cerrada por el régimen racista surafricano, para instalar los sensores electrónicos en el marco de la Iniciativa de Defensa Estratégica lanzada por Reagan - y que hoy continúa Bush-, necesarios para la instalación de un escudo lasérico antimisilístico, desarrollo tecnológico de los EE.UU. que le permitió derrotar a la Unión Soviética.

Para justificar el inmenso despliegue que significó la movilización de la más importante flota occidental después de la Segunda Guerra Mundial, la dupla conservadora Reagan-Thatcher debía provocar una crisis, que nos ubicara como país agresor, y que justificara lo que en sus cálculos sería una "little war" (pequeña guerra).

Y, como siempre ocurre en estos casos, se necesitaba un socio local. Alguien que dentro mismo de la junta militar argentina impulsara la crisis. Y ahí entra en la historia Anaya.

¿Cuáles eran los antecedentes del entonces jefe de la Armada Argentina? Anaya participó del golpe militar que derrocó al general Juan D. Perón en 1955, con el grado de teniente de navío, aquello que Winston Churchill calificó como "el hecho más importante después de la victoria aliada de la II Guerra Mundial".

Luego, Anaya ocuparía un puesto clave en el exterior -donde probablemente se comenzara a planificar la "pequeña guerra" en cuestión-: agregado naval en Europa. ¿Dónde? En Londres, destino para el que fuera requerido por los propios británicos por un período más del habitual.

Antes de ser designado como Jefe de la Armada, se desempeñó como Director de Personal Naval, es decir, como el responsable directo en la conformación de la futura conducción del arma. Que el almirante Jorge Isaac Anaya fue el impulsor de la toma de Malvinas lo prueba una infinidad de testimonios. Rescato unas declaraciones impresionantes -que pasaron casi desapercibidas-, del almirante Lombardo, quien fuera Jefe del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur durante la guerra, efectuadas el 31 de marzo de 2002.

En ellas Lombardo cuenta como en diciembre de 1981 fue citado por Anaya, quien le hace saber que Argentina buscará recuperar Malvinas. Hasta ese momento, sólo Anaya y él lo saben. Y agrega: "Yo estoy convencido que Galtieri no tenía ni idea de Malvinas. No habrá pasado una semana y con Anaya vamos a ver a Galtieri. Hasta ese momento el único enterado era yo". Lombardo asegura que no fue una decisión de la Junta Militar, porque "Lami Dozo no sabía nada".

¿Creyó Anaya en el sentido "patriótico" de su misión en Malvinas? ¿O fue un instrumento conciente de los británicos?".

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En la nota se cometen diversos errores, pero por sobretodo no hay coherencia, ya que se contradice al hablar primero de que el impulsor de la guerra fue Anaya, pero luego dice que fue fabricada por Gran Bretaña. Para hablar de ciertos temas hay que estar bien decididos, sin pensar en quedar bien por ambos lados.

En primer lugar no hacía falta crear un conflicto para establecer un bastión en el Atlántico Sur, ya que el mismo ya existía, dado a que las Malvinas estaban en posesión de Gran Bretaña, y no hubo grandes movimientos de buques de Estados Unidos a Malvinas, ni antes ni después de la guerra. Y los buques británicos, los pocos que quedaron en funcionamiento se retiraron a los pocos meses de las islas, sin dejar rastro de "un gran movimiento" para defender los intereses de la OTAN en la región. Tampoco existía un gran despliegue soviético en África que pusiera en jaque el tablero de la OTAN, y no existía amenaza en la región.

No hacía falta reemplazar ninguna base militar, dado que los británicos y norteamericanos tenían en su poder todas las islas del Atlántico Sur, entre América y África, hasta su antena en Tierra del Fuego, que hasta operó para Echelón en la misma guerra de Malvinas.

Si Gran Bretaña creó el conflicto fue por otras cuestiones, pero no la explicada por Trejo. La decisión británica de crear y provocar a la Argentina en marzo de 1982 está explicada en el siguiente link: click aquí

Otro punto cuestionable es la participación de Anaya como "impulsor del conflicto". Siempre ha habido teorías conspirativas de todos los colores, pero nadie las ha podido probar. Hoy es fácil hablar cuando el protagonista ha muerto. ¿Por qué no haber entrado en el debate cuando Anaya estaba vivo?, salir a dos días de su muerte a ganarse la fama de los medios, es poco serio y una falta de respeto.

Los sucesos de marzo de 1982 no fueron previstos por Anaya, él no tuvo el control de las variables por las cuales se terminó en el conflicto. Y eso se puede probar realizando una entrevista al empresario Constantino Davidoff, que todavía está entre nosotros para contar la verdad de los hechos.

La guerra no la inició Argentina, solo se respondió a la amenaza británica, de lo contrario hubiéramos perdido el derecho a seguir reclamando las islas como nuestras. Algo que está sucediendo por estos días por la inacción de Cancillería Argentina.

Si analizamos los sucesos en los días previos a la guerra, nos daremos cuenta que la teoría conspirativa de culpar aun muerto sobre el inicio del conflicto no tiene sustento.

Click aquí para ver las causas y días previos al conflicto de 1982

 


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