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17/10/08

 

Crisis mundial sin salida a la vista  
Por Enrique Oliva

La grave crisis mundial sigue agudizándose bajo las garras de los buitres de la especulación, resultando de ello solo recesión y desempleo a nivel universal, con los sufrimientos sociales que implica esa anomalía provocada. La base de ese poder destructor está en la Bolsa de Nueva York manejada por la mafia bancaria, como la llamaba el presidente Franklin Delano Roosevelt.

Los salvatajes han demostrado su insuficiencia y mala conducción, porque dejó el gallinero de la crisis en manos de zorros, encabezados por el Secretario del Tesoro yanqui Henry Paulson, proveniente de la firma desequilibrada por corrupción Goldman Sachs. Este personaje, el sábado 11 pasado se reunió en Washington con esa firma y otras de similares prontuarios como Bank of America, Citigroup y dos del grupo Morgan (J.P. Morgan Chase y Morgan Stanley) para “coordinar” la aplicación de los rescates a entidades financieras en dificultades. Y al día siguiente el presidente George Bush anunciaba haber dispuesto el salvataje de media docena de grandes bancos norteamericanos.

Diariamente se suceden subas y bajas especulativas, nada más que especulativas, tendientes a extorsionar a las bolsas del mundo. También se repiten reuniones internacionales a todos los niveles, para buscarle parches a la crisis.

Me atrevo a preguntar abiertamente ¿para qué sirven las bolsas? Tengo la misma duda que se formuló un día por la televisión de su país el presidente de Francia François Mitterrand, sin obtener respuesta. Pero a las bolsas, hasta ahora, no las volteó nadie.

Estados Unidos desespera por salir de sus errores y culpas, demostrándose dispuesto a todo con el descaro de tirar por la borda al liberalismo. En rigor de verdad, Norteamérica como Europa, siempre hasta hoy fueron proteccionistas, pero sin dejar de exigir abrieran a ellos las fronteras del Tercer Mundo por medio de los TLC (tratados de libre comercio). Es de destacar que, en plena crisis, se haya adjudicado el Premio Nobel a Paul Krugman, un norteamericano estimado el más severo crítico de la política económica de George Bush. Krugman es un partidario de las ideas proteccionistas con intervención estatal, hijas del célebre economista inglés John Keynes (1883-1946).

Las cumbres del G 7

Son tan impopulares estas cumbres que, ante las multitudinarias manifestaciones de repudio, las reuniones se hacen blindadas, con aparatosos despliegues de fuerzas represivas para evitar protestas violentas. Una vez que le correspondía a Italia ser la sede huésped, debieron deliberar en un buque de guerra norteamericano, lejos de la costa de Nápoles y rodeados por naves de la flota yanqui del Mediterráneo. En esa oportunidad se registraron incidentes y destrozos serios en varios sitios de la península, con heridos y un muerto.

La cita en Washington, concluida el pasado viernes 10, no debió llamársela cumbre como correspondería de tratarse de jefes de gobiernos, únicos autorizados a tomar resoluciones. Fue solo a nivel de ministros de economía o finanzas y presidentes de bancos centrales. Sus “conclusiones” se dieron en un breve comunicado de prensa, sin dar aclaraciones de ningún tipo ni aceptar preguntas. La idea de armonizar un plan conjunto para superar la crisis resultó un fracaso inocultable. Los europeos decidieron darse cada uno, por separado, sus propios salvatajes que anunciaron el lunes 13, con exagerado derroche de optimismo, generando subas, y bajadas al día siguiente, en las bolsas. Tampoco se aceptó una “coordinación” encabezada por Washington. Mientras, tomaba envión, globalmente, la tan temida e insoslayable recesión.

Por razones periodísticas, tuve la oportunidad de cubrir diversas cumbres del G7 celebradas en Francia, Gran Bretaña, Canadá y Alemania. Esas cuatro naciones, junto a Estados Unidos, Italia y Japón, conforman el G7.

En esos eventos, a su terminación, los gobernantes de los países miembros dan conferencias de prensa a los periodistas acreditados. Allí repetí siempre la misma pregunta: “¿En las reuniones se han evocado temas referidos a Latinoamérica y en particular a la Argentina?” La respuesta negativa nunca cambió. Los Siete Grandes sólo se reúnen para tratar temas económicos-financieros de su exclusivo interés. Jamás sobre la posibilidad de terminar o disminuir las nada liberales subvenciones a productos propios afectando a los provenientes del Tercer Mundo, como materias primas y alimentos, provocando la creciente miseria y explotación del sistema comercial imperialista. Tampoco pensaban en eliminar los paraísos fiscales en su inmensa mayoría manejados por bancos de países miembros del G7; es allí donde se refugian los dineros cuantiosos de corrupciones y delitos como el tráfico de drogas, por citar un ejemplo. Allí estarán hoy, con plena impunidad, las ganancias usurarias de años con acciones basura. El New York Times ya denunció una evasión multimillonaria de la banca de inversión Ledman Brothers, días antes de quebrar.

Cómplices aprovechadores de la crisis

Grandes responsables de esta crisis son zares de multimedios por desinformación.

cómplice. Uno de los principales es Rupert Murdoch, quien hace poco compró el Wall Street Journal, el más poderoso e influyente diario financiero de Nueva York, dueño asimismo de docenas de periódicos, cadenas de televisión y múltiples intereses variados en bancos, industrias y negocios. Actualmente Murdoch está extendiendo su emporio a Latinoamérica. Ya hizo pie en México y negocia en otros países. Al frente de una empresa especial para ese fin en el cono Sur, ha colocado a José María Aznar, el ex presidente de España, declara do opositor del populismo, quien visita con cierta frecuencia a la Argentina. Probablemente, en medio de la actual crisis, se lo verá por Buenos Aires.

También la mafia especuladora contó con la colaboración de famosos economistas, incluyendo premios Nobel. Es el caso de los yanquis Robert C. Merton y Myron Acholes, quienes hasta hace muy poco copresidieron una financiera propia, desaparecida por quiebra.

El pasado sábado 11 fue noticia mundial que el Secretario del Tesoro yanqui, Henry Paulson, un millonario proveniente de la hoy objetada Goldman Sachs, como padre del proyecto del salvataje se reunió en Washington con la cabeza de esa financiera y de similares como el Bank of America, J.P. Morgan Chase, Morgan Stanley y Citigroup, para “coordinar” la aplicación de los rescates a entidades financieras en dificultades. Al día siguiente, Bush anunciaba el salvataje con compras de acciones de seis de los bancos más importantes del país. En fin, zorros en el gallinero.

Vaya un ejemplo de especulación bursátil protagonizado por el grupo Morgan, a quien se le permitió comprar el 16 de marzo pasado al banco de inversiones Bear Stearns cuando la crisis ya declarada lo afectó profundamente. La adquisición se concretó por “la suma irrisoria” de 236 millones de dólares. Pero maniobras bursátiles, hicieron que en Wall Street, sus acciones se valuaran multiplicadas por cinco ¡una semana después!. Esto lo informó la agencia inglesa Reuters y lo repitió el portal Urgente 24 el día 10 de octubre.

Es de recordar una vez más que el Grupo Morgan, de centenario prontuario, es quien se ocupa de fijar el riesgo país de distintas naciones, ensañándose con la Argentina. ¿Hoy alcanzarían los dígitos de las computadores para fijar el riesgo país de los yanquis?.

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