El 7 de febrero
de 1952 se efectuó el primer vuelo con descenso desde América
del Sur a la Antártida, hito de la aviación mundial. Gracias
a él, se estableció el servicio aeropostal naval entre
la Argentina y las bases antarticas. En las listas de tripulantes, cuatro
nombres oriundos de Punta Alta: el radioperador del avión insignia,
Basilio Pablo Dignani, el ayudante mecánico, Felipe Benenatti
y los mecánicos Wilfredo H. Ciarallo y José Eugenio Parisi.
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Dijo Jorge Luis Borges que la historia
es siempre pudorosa: enemiga de los fastos y las conmemoraciones
a los que somos tan afectos los hombres, ella se desliza silenciosa
por los intersticios del tiempo y solamente mucho después,
su huella se deja ver en todo su esplendor. Y es cuando nos damos
cuenta que un episodio que en ese tiempo se percibe como rutinano
o menor, deviene con los años en digno de figurar en las
páginas de los libros. Lógicamente, ese pudor se traslada
a los protagonistas de los hechos, quienes rara vez tienen conciencia
de la importancia de los momentos. Algo así ocurrió
con el vuelo de la primera estafeta postal establecida en el mundo
hacia la Antártida, protagonizado por dos aviones anfibios
Catalina de la Armada Argentina, en febrero de 1952:
"Bueno, en primer momento, no... era un vuelo rutinario, [.
.] como lo que era ir a Ushuaia. como ir a cualquier otro lado,
ir y volver sin ningún problema, contento, de que las cosas
anduvieran bien, [...]Para nosotros era un viaje de rutina. Y era
si se quiere un desafío ahí a hacer una misión
un poquito distinta a todos los días. [. .] después
nos dimos cuenta a través de los años, que se recordaba
como. . ahí hablan los diarios, como un hecho, un hito histórico".
El que habla es Pablo Dignaní, un vecino puntaltense que
fue uno de los tripulantes en este vuelo. Él es uno de los
tres sobrevivientes de aquel grupo que integraban otros vecinos
de Punta Alta: José Eugenio Parisi (hoy radicado en Santiago
del Estero), Felipe Benenatti y Wilfredo Ciaralio, ya fallecido.
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Pablo
Dignaní, fallecido en Septiembre de 2009. Aquí su
última nota. |
EL CONSOLIDATED PBY-5 CATALINA EN LA ARMADA ARGENTINA
Fue el avión de patrulla marítima bimotor más
fabricado de todos los de su tipo de la II Guerra Mundial, lo que da
cuenta de su eficacia y operatividad. El primer PBY-5A Catalina de la
Aviación Naval argentina fue adquirido a un particular, quien
arribó con este avión al pais en 1946. Se crearon durante
1949 dos Escuadrillas de Patrulleros con asiento en las bases aeronavales
de Punta Indio y Comandante Espora. La disponibilidad de una aeronave
relativamente moderna y de gran radio de acción, permitió
encarar tareas de exploración, salvamento y patrullaje costero,
permitiendo el adiestramiento de gran cantidad de tripulaciones de vuelo.
Con los PBY Catalina se instauró la política de los aviones
de "estación" en Ushuaia y Rio Grande asi como efectuar
de manera casi rutinaria las operaciones de aeronaves en territorio
antartico.

LA ESTAFETA AERONAVAL ARGENTINA
En el marco de esa política, el 22 de enero de 1952 se creó
la primera Estafeta Aeronaval argentina, a instancias del Ministerio
de Marina. Su finalidad era la de transportar correspondencia entre
las bases antarticas argentinas y el continente de manera regular. Rápidamente,
el 29 de enero, se designó como encargado ad honorem al Capitán
de Fragata de la Aviación Naval Pedro Iralagoitia. Inmediatamente
la escuadrilla conformada por los aviones Catalina 3-P-5 y 2-P-3 (más
un tercero de reserva y apoyo) decoló de la Base Espora rumbo
a Rio Grande. Allí se estableció la base de operaciones.Integraban
el grupo, además de los aviones citados, las fragatas Hércules
y Sarandí, ubicadas en el Pasaje de Drake y encargadas de proveer
informes meteorológicos y emitir señales de radio para
los radiocompases de los Catalina.


Dignani era el radioperador de la nave insignia, A sus diecinueve años
ingresó en la Armada, previo paso por la Escuela Técnica
en Punta Alta. Se especializó en radiotelegrafía en la
Escuela de Mecánica de la Armada.
". ..nos dimos cuenta después que habia un cierto riesgo
de ir con esa máquina, dado que eran maquinas muy lentas, muy
antiguas, eran para hacer un cruce de quinientos kilómetros más
o menos, que nos llevó cinco horas de vuelo, o sea que hoy se
hace en una hora. Entonces cinco horas de vuelo habia que cruzar todas
las eventualidades del tiempo, del cruce del Drake. [...]Los aviones
preparados, que le habían agregado dos tanques más de
nafta para tener mayor este... raid de vuelo. Se le habían agregado,
la vez que iba yo tenia radar, por primera vez se usó el radar
en la aviación naval, en el año cincuenta y dos. Y también
se le agregaron dos jatos que se llaman, vienen a ser como dos tipo
cohetes que se ponen a ambos costados de la estructura del avión
y en un momento dado esos dos jatos se disparan de la cabina del piloto
y aumentan la potencia de los motores, le aumentan en quinientos HP".
Así pertrechados, ambos Catalinas partieron el 5 de febrero para
cumplir su misión, pero por el mal tiempo imperante, tuvieron
que volver a la base. Por eso aguardaron hasta 7 de febrero, a las 10
de la mañana, cuando decolaron al fin. Dignani recuerda que fue
"...un vuelo muy bueno, íbamos los dos muy cerquita, a la
vista iba. [...] Pero, me llamó la atención, fuimos un
buen tramo que estuvo muy nublado, fuimos entre nubes, volando prácticamente
a instrumentos, que se llama vuelo de instrumentos. Y volamos más
o menos... un par de horas así, todo entre nubes. (...) Estos
no son aviones que podían ir a un techo de altura como vuelan
ahora y volar por arriba de las nubes. Bueno, cuando desapareció
ese estado nuboso, más o menos a las dos horas de vuelo, que
sorpresa, los dos aviones volando, no a la misma altura, pero ahí
nomás a la vista, con la misma distancia de formación
que llevamos cuando estaba a la vista, aparecimos cuando desaparecieron
las nubes, quiere decir que ninguno... no, no, por más que se
desviara íbamos a distinta altura [...]. uno estaba a cincuenta
metros, cien metros menos. Y entonces eso da de pensar la pericia que
tiene el piloto. De ahí nosotros, se usó por primera vez
en la Aviación Naval, se utilizó el radar..."
Eran las 3 y media de la tarde cuando acuatizaron en el Puerto Foster
de la isla Decepción, y Dignani aún recuerda la algarabía
de la dotación de la base antartica.
"Ah... es una alegría, pero levantaban... banderas manteles,
abrazos, todo, esperándonos toda la gente, nosotros ya habíamos
detectado por el radar, unos doscientos kilómetros antes de llegar
ahí, las islas Shetland ya se veían. [..."Bueno,
después ya permanecimos con la gente, cuando llegamos, una gente
que hacía un año que estaba, con júbilo de ver
gente nueva y gente de Marina, que llevamos revistas, llevamos diarios,
llevamos todo. Claro, ellos, contacto con gente no habian tenido y nos
encontraron a nosotros, era como si hubiésemos descubierto ta
Antártida."
Allí se hizo la ceremonia de inauguración de la estafeta,
cuando con el matasellos correspondiente se empezó a sellar la
correspondencia.
 
EL REGRESO
El día 10 de febrero se emprendió el viaje hacia el continente.
Los aviones, cargados como estaban de combustible, necesitaban potencia
extra para trasponer rápidamente las montañas que rodeaban
la bahía sin chocar contra ellas. A su auxilio vinieron los jatos.
En vuelo tranquilo, las aeronaves se dirigieron directamente a Buenos
Aires, previa escala en Rio Grande para reabastecerse de combustible.
La capital argentina recibió a la tripulación con el calor
húmedo del verano porteño.
"Bueno, llegamos ahí a Aeroparque, veníamos todos
abrigados, con temperatura, no bajo cero, pero cuatro grados, cinco
grados. Y llegamos a Aeroparque en una noche plácida [,..]nada
de viento, temperatura, veinticinco, veintiséis grados, de noche
..."
En el sector militar de Aeroparque los recibió el contralmirante
Aníbal Olivieri, ministro de Marina y comitiva. Según
recuerda Dignani, el funcionano les dijo'
- "Bueno, mire, el presidente está muy interesado y los
quiere recibir, pasado mañana, los quiere recibir para hablar
con ustedes", en aquel entonces el presidente era Perón.
Entonces, no teníamos ropa, ni nada para recibirlo, entonces
vinimos el día siguiente, en un avión a buscar toda la
ropa, para la presentación a nivel presidencial y fuimos a tomar
un cafecito ahí, en la Casa de Gobierno y el presidente se puso
en la [entrada] nos saludó uno a uno, a todos. Nos convidó
con un cafecito; hizo hablar, solamente... no hablaba solamente el comandante
sino inclusive a (los) tripulantes ¡los interrogó! (se
ríe) Los hizo hablar a la mayoría de los tripulantes,
bueno y después cuando estuvimos ahí, una hora, una hora
y pico conversando tomando un café y... después nos saludó
uno por uno en la puerta..."

EL RECUERDO
El correr de los años hizo que todos tuvieran conciencia de la
importancia de ese 7 de febrero de 1952. La historia entonces se avino
a correr el velo de su pudor y se sucedieron los homenajes, las notas
periodísticas y el recuerdo de ese puñaco de hombres a
bordo de dos máquinas que hoy se nos presentan como antigüedades.
"Nos alegra que siempre se acuerde la gente.-concluye Dignaní
- porque por lo menos los que tenemos la suerte de poder estar este...
en vida, nos halaga muchísimo, nos da mucho ánimo por
vivir, como también hacia el resto de la familia, porque ya,
ya vienen los nietos ya, por ejemplo dice: 'Mira, mira abuelo lo que
encontré en Internet lo que habla del vuelo ése' [...]"
jdf

TRIPULACIÓN DEL VUELO HISTÓRICO
Comandante del Grupo de Reconocimiento Aéreo Cap. de Frag. Av.
Nav. Pedro E. Iralagoitía (embarcado en el avión 3-P-5)
Avión 3-P-5
Comandante Cap. de Corb. Av. Nav. Edgardo Samuel Andrew
Copiloto Tte. de Frag. Pil. Av. Haifdan Hansen
Navegante Tte. de Corb. Av. Nav. Alfredo Martínez Magaña
Navegante Tte. de Corb. Av. Nav. Néstor Díaz Quijano
Mecánico Sub. Aux. Aer.Mec. José Eugenio Parisi
Radiopoerador Sub. Aux. Aer. Rop. Basilio Pablo Dignani
Ayudante Me. Cabo May. Aer.Mec. Felipe Benenatti
Avión 2-P-3
Comandante: Copiloto Tte. de Frag. Av. Nav. Guillermo Heraclio Ferreira
Navegante Tte. de Corb. Pil. Av. Roque Esteban Bertea
Navegante Tte. de Corb. Pil. Av. Edmundo Aridio Grimaux
Mecánico Subof. Aux. Aer. Mee. Wilfredo H. Ciarallo
Radiopoerador Cabo May. Aer. Rop. Guillermo Careglio
Ayudantes: Mec Cabo May. Aer. Mee. Héctor S. Pugliese
Tte. de Navio Av. Nav Guillermo Jorge Campbell
Fuentes:
Más
allá del Sur
Histarmar.net
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