Mapa del sitio


26/09/08

 

Antártida: los Reclamos Argentino, Chileno y Británico  

Acuerdos para tener en cuenta ante la inminente pérdida de soberanía. Tratado Argentino-Chileno del reconocimiento recíproco de soberanía sobre los respectivos Sectores reclamados...

Por Pablo Crocchi

Antártida: los Reclamos Argentino, Chileno y Británico

1.- Tratado Argentino-Chileno del reconocimiento recíproco de soberanía sobre los respectivos Sectores reclamados.

El 4 de marzo de 1948, la Argentina y Chile suscribieron en Santiago un acuerdo sobre la Antártida, “que ratifica la Declaración conjunta firmada en Buenos Aires, el 12 de julio de 1947”. El mismo texto fue ratificado por los presidentes Perón e Ibañez en Buenos Aires dentro del marco de los Acuerdos del llamado ABC, tendientes a la integración regional:

“Reunidos en Santiago, en el Ministerio de Relaciones Exteriores el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Argentina doctor Pascual La Rosa y el Ministro del ramo, don Germán Vergara Donoso, han convenido en dejar constancia en la presente declaración conjunta del resultado

de las conversaciones que respecto de la Antártida Sudamericana, han celebrado de conformidad a lo acordado anteriormente por sus respectivos Gobiernos y a la Declaración del 12 de Julio de 1947./ Hasta tanto se pacte, mediante acuerdo amistoso, la línea de común vecindad en los territorios antárticos de la República Argentina y de Chile, en nombre de sus respectivos Gobiernos los señores La Rosa y Vergara Donoso, declara:

1º- Que ambos gobiernos actuarán de mutuo acuerdo en la protección y defensa jurídica de sus derechos en la Antártida Sudamericana, comprendida entre los meridianos 25º y 90º de longitud oeste de Greenwich en cuyos territorios se reconocen la República Argentina y Chile, indiscutibles derechos de soberanía.

2º- Que están de acuerdo en continuar su acción administrativa, de exploración, vigilancia y fomento de la región de fronteras no decididas de sus respectivas zonas antárticas, dentro de un espíritu de cooperación recíproca.

3º- Que a la mayor brevedad y, en todo caso, en el curso del presente año, proseguirán las negociaciones hasta llegar a la concertación de un tratado chileno argentino de demarcación de límites en la Antártida Sudamericana.

Hecho en Santiago, en doble ejemplar, a los cuatro días del mes de marzo de mil novecientos cuarenta y ocho.” 6

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

[“Desde 1904 la República Argentina en numerosas notas oficiales y foros, sostiene sus derechos taxativos sobre la Antártida Argentina.”

El día 8 de febrero de 1942 el comandante del ARA 1° de Mayo, capitán Alberto Oddera, tomó posesión formal en nombre del gobierno Argentino del Sector Antártico, depositando el acta labrada en un cilindro metálico con tapa a rosca, que quedó en la Isla Decepción. Meses después fue devuelto al gobierno por el embajador de Londres en Buenos Aires. Durante la 2da. Guerra Mundial, en 1941, buques ingleses cañonearon la entrada al puerto natural interior de la Isla Decepción (pequeño paso entre dos grandes acantilados llamados Fuelles de Neptuno), pretextando que la factoría ballenera noruega abandonada (cuyo establecimiento destruyeron), servía de refugio para submarinos alemanes. Suponían que allí recibían abastecimientos: víveres, agua potable, combustibles e información táctica esporádica. Así entre 1943/45 despliegaron su operación secreta Tabarín en la Península para impedir su posible utilización por buques de Alemania. En ese contexto se produjeron varios ultrajes a nuestros símbolos nacionales, que fueron reemplazados en las balizas por banderas británicas de chapa.

La preocupación de Argentina y Chile por las pretensiones de Gran Bretaña en la región antártica -dentro del llamado Cuadrante Sudamericano y de los territorios por ellos reclamados-, sumado a varios incidentes con sus buques, llevó a las cancillerías a un lúcido enfoque de entendimiento en el área (que luego fue cimiento de la política de integración regional -bajo inspiración y gestión del canciller Bramuglia-, conocida como “ABC”). El desarrollo posterior de ese enfoque a nivel mundial sería la base del futuro Tratado Antártico, único en su tipo y –hoy- prestigiado por su probada eficacia, a pesar de haber sido tildado de utópico en su momento. También Bramuglia impulsó que los límites del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (T.I.A.R.) nacido en esa época, se fijaran en los meridianos 24° oeste y 90° longitud oeste de Greenwich y los 90° de latitud Sur, comprendiendo nuestros archipiélagos usurpados de Malvinas, Georgias, Sándwich y todos los territorios antárticos pretendidos por Gran Bretaña. Esto dejó en claro que una potencia extra-continental pretendía derechos sobre suelos americanos, llegando al extremo de mantener un enclave colonial en nuestro territorio. Pablo Crocchi]

En 1947, una expedición argentina al mando del capitán Luis M. García realizó un amplio reconocimiento al oeste de la península Antártica, instalando balizas y estableciendo un observatorio meteorológico en una isla del grupo de las Melchior. Poco después, el 12 de julio de ese mismo año, los cancilleres argentino y chileno, Bramuglia y Gómez, firmaron en Buenos Aires una declaración conjunta, afirmando los derechos de la Argentina y Chile sobre la Antártida y tomando la decisión de encarar conjuntamente el conocimiento científico y la explotación de la región, además de expresar el deseo de que se pudieran fijar los límites en la misma.
Al establecerse el destacamento Melchior, el canciller chileno envió una nota al embajador argentino comunicándole la “tolerancia” chilena a esa instalación argentina. En enero de 1948, el canciller Bramuglia le respondió lo siguiente: “ mi gobierno desea expresar que las expediciones argentinas actúan dentro del sector antártico argentino, formulando por su parte las reservas del caso por los actos que pudieran realizar en el mismo sector las expediciones chilenas que lo visiten”. No obstante, en marzo se alcanzó un acuerdo sobre la cuestión. El nuevo canciller chileno Vergara Donoso y el representante argentino La Rosa firmaron una declaración conjunta por la cual ambas partes se comprometían a proteger y defender la porción de la Antártida comprendida entre los meridianos 25º y 90º hasta que se establecieran los límites.

En 1955 el gobierno británico había invitado a la Argentina y Chile a presentar la disputa sobre el territorio antártico a la Corte Internacional de Justicia o a un Tribunal de Arbitraje. Esta invitación fue rechazada por ambos países. En noviembre de 1949, los tres países habían firmado, por primera vez, una Declaración Tripartita por la que se comprometían a no enviar buques de guerra al sur del paralelo 60 durante el verano. El gobierno argentino consideró innecesario mantener esta declaración una vez que entrara en vigencia el Tratado Antártico. Mientras el gobierno británico aceptaba la propuesta argentina, el chileno consideraba necesario renovar la Declaración. Sin embargo, el gobierno chileno aseguraba que estaba dispuesto a abandonar la declaración siempre y cuando el gobierno argentino le enviara un compromiso escrito sobre la ausencia de ejercicios navales en la zona. Finalmente, los tres gobiernos firmaron el siguiente texto:

Caducidad de la Declaración Tripartita:

“Desde 1949 los gobiernos de Chile, Gran Bretaña y Argentina han hecho, anualmente, declaraciones simultáneas a fin de evitar cualquier malentendido en la Antártida que pudiera afectar sus amistosas relaciones según las cuales no preveían el envío de barcos de guerra al sur de los 60 grados de latitud sur con excepción de movimientos ya habituales de años anteriores. Los gobiernos de Chile, Gran Bretaña y Argentina consideran que, estando hoy vigente el Tratado Antártico, han desaparecido las razones que motivaron tal declaración ya que dicho instrumento internacional, especialmente su artículo primero, asegura la utilización exclusivamente pacífica de la Antártida y prohíbe, en consecuencia, la realización de todo acto o maniobras de carácter militar. Por las razones expuestas, los gobiernos de Chile, Gran Bretaña y Argentina resuelven no renovar, en el futuro, la Declaración tripartita y manifiestan que, de acuerdo al Tratado Antártico, no prevén el envío de barcos de guerra a la Antártida sino para los fines científicos contemplados en él.”

Actualmente (set. 2008) Gran Bretaña ofrece su Reclamo sobre nuestros Sectores Antárticos, como Territorios de Ultramar Británicos a incorporar a la Unión Europea, procurando y obteniendo el apoyo tácito o explícito a sus pretensiones de los 27 Estados que la conforman, los que quedarían obligados a sostenerlos como "propios" en el plano diplomático o militar. A ese consenso seguramente debemos sumar el de los Estados miembros de la Commonwealth británica.

Indudablemente esta es la hora de actualizar la propuesta de una Antártida Sudamericana que involucre a todos los países iberoamericanos, previendo un futuro de próximo desenlace.

Si quiere dejar su opinión puede enviar un e-mail a:
info@malvinense.com.ar

COPYRIGHT (c) 2008 EL MALVINENSE. Todos los derechos reservados. Capital Federal-Buenos Aires-Argentina.
Se permite la reproducción mencionando la fuente (El Malvinense)