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24/08/2011

 

Conclusión... el por qué de la Guerra de Malvinas en 1982  

Treinta años han pasado desde la recuperación de las Islas Malvinas, y aún los medios de comunicación, y la sociedad argentina en general, repite los mismos conceptos que utilizó el Reino Unido de Gran Bretaña durante marzo de 1982.

CONCLUSIÓN DEL DOCUMENTO INÉDITO:
Malvinas 1982, el cual puede bajar en formato PDF

"Un borracho nos llevó a la muerte..." ; "el último manotazo ahogado de la dictadura..." ; "Davidoff fue un agente de la Armada Argentina..." ; "Georgias fue la excusa para invadir Malvinas..." ; "Si no hubiera habido guerra ya tendríamos las islas..."

  • La guerra la inició Gran Bretaña

En este documento se intentó en forma objetiva e imparcial, comunicar la verdad de los acontecimientos, de uno y otro bando, consultando en las fuentes directas, en los testimonios y en los documentos secretos de la época. Y aunque aún no hay acceso público a los documentos británicos desde el período de 1981 a 1982, hemos aportado las pruebas suficientes para afirmar que el conflicto bélico de las Islas Malvinas fue un acto de agresión británica que había sido estudiado por los ingleses varios años antes de producirse la guerra armada.

Luego de 1968, la postura británica sobre la soberanía de las Islas toma una postura rígida, alargando las negociaciones llevándola a un punto muerto. A mediados de los años setenta decide proseguir dilatando las negociaciones, y en forma paralela comienza a preparar una estrategia militar, para recuperar las Islas ante un "eventual" ataque argentino.

  • La guerra la planificó Gran Bretaña muchos años antes

Cualquier Estado que quisiera evitar la guerra, hubiera tomado en serio las instancias de negociación diplomática. Sabiendo las opciones que ambos países manejaban, "atacar o negociar", Gran Bretaña, desde el año 1975 adoptó por la primera de todas. Pues para la conservación de la soberanía británica, la única posibilidad era proyectar un ataque a largo plazo. Con negociar, perdería las islas, sufrir un ataque argentino sin preparación para la defensa, también la llevaría a perder las Islas. Vemos entonces que una de las partes, claramente actuaba para llevar a la otra a esa instancia, a la del conflicto armado.

Argentina no buscó en ningún momento una excusa para tomar posesión de las islas, aunque desde 1968 a 1980, estaba en amplias condiciones de garantizarse una victoria. Ni siquiera lo hizo ante el conflicto de 1976 semanas antes del golpe de Estado. Pues como vemos, una de las partes siempre fue paciente y esperaba la buena predisposición para las negociaciones, aún ante la agresión británica en la expedición Shackleton. En abril de 1982, tampoco utilizó como excusa el uso de la fuerza.

Mientras que el gobierno argentino, al asumir Galtieri el poder en diciembre de 1981, creó un equipo para confeccionar una hipótesis de conflicto en Malvinas, ya en 1977 existían planes británicos para igual tarea. La idea Argentina no se limitaba a la defensa militar ante un eventual conflicto, sino que estaba acompañada de una embestida diplomática durante todo el año 1982, que culminaría a fines de ese año, y dependiendo el resultado se optaría por la opción militar. Este objetivo no beneficiaba a los intereses británicos, que por eso se adelantaron a la maniobra argentina.

  • La amenaza de Gran Bretaña en Georgias, desencadenó el conflicto bélico

El objetivo de Argentina es interrumpido por la acción británica en las Islas Georgias. Colocando así, en mejor posición a Gran Bretaña para llevar a cabo las hostilidades. A esa agresión, Argentina respondió con los medios y con los planes con que se contaba en ese momento, ya elaborados, que abarcaban solamente el desembarco en Malvinas. Un conflicto bélico en marzo y no a fines del 82, perjudicó a la Argentina que no contaba con una planificación completa y un instrumento militar en óptimo nivel (entrega de armamento, aviones Super Etendard, ORION P3 y misiles Exocet).

Para marzo de 1982, si Argentina permitía que los obreros de las Georgias fueran expulsados, hubiera reconocido la soberanía de Gran Bretaña sobre el territorio en disputa. La amenaza (declaración de guerra) británica de expulsar a los argentinos de las Georgias en marzo de 1982, fue contestada por Argentina con la expulsión de los militares británicos de las Malvinas, recuperando la soberanía. Pues así como Inglaterra no tenía otra opción que provocar una guerra para mantener su soberanía, Argentina en marzo de 1982, tampoco la tenía si quería seguir teniendo derechos en el Atlántico Sur. Por un lado la provocación de ir a la guerra, por el otro, la defensa legítima ante el hecho ilegal.

  • Gran Bretaña congeló las negociaciones para llevar a la Argentina a la guerra

Vemos claramente la intención británica de llegar al conflicto armado, que incluso antes de decidir Argentina recuperar las Islas, ya había desplazado armamento y buques de guerra a las Islas Malvinas.

Argentina, con o sin Galtieri, con dictaduras o democracias, no hubiera tenido, en ese momento, otra posibilidad, más que la que sucedió el 2 de abril. Y hablamos específicamente del dos de abril, ya que lo que siguió luego es otra historia ajena al trabajo de investigación el cual estamos analizando específicamente los motivos por los cuales se inició el conflicto bélico.

Podremos estar de acuerdo o no con el proceder de muchas acciones que fueron determinantes para los hechos de aquellos meses entre marzo y junio de 1982. Pero no podremos negar ni encontrar otra salida a lo sucedido el 2 de abril. Si tenemos en cuenta el contexto y las posibilidades con las que se contaban desde Argentina para mantener los derechos soberanos sobre las Islas del Atlántico Sur, no había otra opción. Y ello fue así porque Gran Bretaña trabajó (desde 1975) para que no existiera otra opción.

La inacción del gobierno argentino de aquel entonces, hubiera desembocado en una renuncia de derechos soberanos. Tal concepción fue la de la Justicia argentina al fallar en el caso Davidoff. El actuar argentino se encuadra dentro de un acto de legítima defensa. No de locura ni conveniencia política.

Malvinas no ha sido una conveniencia política de turno, sino una política de Estado. Desde los años sesenta hasta 1982, Argentina insistió en forma seria y constante por la soberanía de las Islas. Tanto en la ONU como en las negociaciones bilaterales. La presión que sentía Inglaterra, era tema de debate semanal en las reuniones del Primer Ministro junto a su gabinete. Ante la acción británica de congelar las negociaciones en forma definitiva y amenazar con el uso de la fuerza en Georgias, se contestó con la misma seriedad: recuperando las Islas, garantizando los legítimos derechos soberanos sobre el Atlántico Sur en pleno resguardo de la soberanía nacional.

 

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