Envía esta noticia a un amigo  04/03/2010

 

Lucio García del Solar y Malvinas
 
LUCIO GARCIA DEL SOLAR Y LA CANCILLERÍA NACIONAL

Acabo de leer las opiniones en el Diario La Nación del ex Embajador Lucio García del Solar, en cuyas conclusiones finales propone –incluso- buscar un socio inglés para la explotación del petróleo en Malvinas. No me llaman la atención semejantes opiniones de un hombre -que en la materia- no hizo otra cosa que promover en 1987 y luego en 1989, la fórmula del “Paraguas”, que no era otra cosa, que propiciar la formula inglesa, que ya la Argentina había rechazado en febrero de 1981: congelar las cuestiones de “soberanía” y cooperar en forma conjunta en el desarrollo de Malvinas.

García del Solar y el Embajador inglés Tickell en 1989 se reunieron a solas, en una reunión que el malogrado periodista Oscar Cardozo relató: “dijo el inglés, le pedimos que la Argentina reconozca que existe, en la práctica, una Zona de Exclusión Pesquera (FICZ). No le pedimos al gobierno argentino diga nada en público…”. A lo que García del Solar respondió: “… La Argentina no está pidiendo el levantamiento de la FICZ (pesca)…”. Desde 1982 a la fecha el 80% del presupuesto de Malvinas se sostiene con la captura de pescado argentino y los ingleses que ocupaban en 1982 unos 11.400 Km2 hoy ocupan unos 2.600.000 Km2. Es cierto, necesitamos embajadores de carrera, pero con un plan que defienda el interés nacional.

En Nueva York en la sede de las N.U. el 25 de junio de 1987 se reunieron el Canciller Caputo, y los embajadores Lucio García del Solar1 y Marcelo Delpech, y el Subsecretario Robert Gelbard de Estados Unidos. “El canciller argentino discutió el texto propuesto por Argentina sobre el "paraguas de soberanía", y el funcionario norteamericano lo retransmitió a la Embajada Británica”2.

Negociaciones, que en lucha sorda, pretendían seguir conduciendo los diplomáticos radicales,3 en cabeza de diplomático jubilado Lucio García del Solar, cosa que efectivamente ocurrió con resultados verdaderamente lamentables. Resultados, que el propio García del Solar calificó, de diplomáticamente insatisfactorios.4

Por su parte los ingleses, tenían al frente de las negociaciones a un hombre muy experimentado como, Crispin Cervantes Tickell.5

Cavallo en 1989 manifestaría “estamos más cerca del día que se pueda discutir la cuestión de la soberanía sobre las Islas”6. Los hechos demostrarían todo lo contrario: ya han pasado 23 años desde que se aplica el “absurdo paraguas” que no ha impedido a Gran Bretaña -sin tratar la soberanía- avanzar en forma sistemática sobre nuestro territorio marítimo, la plataforma continental y la Antártida.

La propuesta del “paraguas” de Caputo, no hizo otra cosa, que propiciar la formula inglesa, que la Argentina había rechazado en febrero de 1981: congelar las cuestiones de “soberanía” y cooperar en forma conjunta en el desarrollo de Malvinas. La congelación de la soberanía, benefició claramente a Gran Bretaña, a quien estaba y está en posesión de las Islas y el mar circundante. En un partido de futbol, el que lo congela, el que retiene la pelota, es el que está ganando el partido; no, el que lo va perdiendo.

Observamos también, -como hecho notable-, que el proyecto (de Líneas de Base) del radical Adolfo Gass, lo “gestionó” en el Senado el Canciller Cavallo7 del gobierno justicialista y que, según manifestó Lucio García del Solar, tras las negociaciones en Madrid, “era una promesa a los británicos”.8 ¿Una continuidad maravillosa, poco usual en la política de la Cancillería Argentina9 o un hilo comunicante de intereses comunes entre Caputo y Cavallo? El primero tenía un tema pendiente que resolver;10 y el segundo, intentaba negociar con Gran Bretaña, cuestiones consideradas menores para el Ministro; de forma de reingresar rápidamente el país, al mundo de la economía Europea; y al mismo tiempo, satisfacer los intereses indicados por el Embajador García del Solar.

Esas cuestiones menores, nosotros las considerábamos irrenunciables: soberanía nacional; geopolítica, espacios marítimos; recursos pesqueros; derechos provinciales sobre los recursos; promoción de la alimentación sustituta, etc.

La primera, que acogiéndose a la Convención de las Naciones Unidas, extendería el Mar Territorial de Malvinas de 3 a 12 millas;11 a lo que el Jefe de la Misión Negociadora García del Solar le indicó a su interlocutor “que el Congreso Argentino consideraría un proyecto de ley sobre el Mar Territorial, que alcance las 12 millas”;12 sobre el mismo espacio, sin efectuar ningún tipo de rechazo13 a la iniciativa británica, que avanzaba sobre una cuestión de soberanía, supuestamente, bajo “el paraguas”.14

Sobre la ampliación de “Zonas”(FICZ), por parte Gran Bretaña, la Argentina sólo “tomaba nota” de la decisión británica en los documentos -decía García del Solar-, porque nosotros no aceptamos la existencia de esa zona”.15

El 16 y 17 de agosto de 1989 se reunieron a solas en Nueva York16 Crispin Tickell por Gran Bretaña y Lucio García del Solar por la Argentina.

El Embajador inglés al argentino: “le pedimos que la Argentina reconozca que en el presente existe, en la práctica, una FICZ.17 No le pedimos al gobierno argentino diga nada en público. Simplemente le pedimos que deje que sigan las cosas”. A lo que García del Solar respondió: “…El levantamiento de la zona de protección (militar) es esencial. La Argentina no está pidiendo el levantamiento de la FICZ (pesca); la zona de protección (militar), es anacrónica”.18

Esto contradecía absolutamente, lo que el Canciller Cavallo diría en Buenos Aires: “Nadie puede venir, otro día y decir que esta reunión representó alguna clase de concesión”;19 porque de la desgravación de la reunión del S.I.D.E.20 se puso de manifiesto, que si las hubo.

El planteo del habilidoso Tickell era ganador, al menos en “la posición de mínima” y se llevó todo. Era absolutamente improbable que la Argentina aceptara la ocupación de un amplio territorio marítimo de “Conservación y Administración de Pesquerías” (FICZ), que era la posición de “máxima”; pero García del Solar “ansioso”21 le sirvió en bandeja la de “máxima” cuando manifestó que la Argentina no solicitaría el levantamiento de la FICZ, pero que tampoco “se aceptaría la existencia de esa zona”: el que calla otorga. Es como no reconocer la infidelidad, cuando es ya popular en el barrio y hasta los diareros la vocean.

Nuestro representante fue un habilidoso escribiente y tomó debida nota; pero no sabemos de adónde sacó, que sobre el resultado de sus reuniones del 16 y 17 de agosto “en la Argentina la reacción fue extremadamente positiva”.22 Leido el informe de la S.I.D.E., García del Solar jugó como si tuviese un par de cuatros y de pié23 y Tickell se dió cuenta perfectamente, de ello.

Nos preguntamos que hubiese pasado, si los Generales San Martín, Belgrano, Güemes, Arenales, O’Higgins, Artigas y tantos otros, se hubieran limitado a “tomar nota” frente al avance de los realistas.

Solá, decía: “nosotros tenemos que estar pescando en la zona de exclusión pocas horas después de firmado el acuerdo de octubre”,24 y tristemente, estamos ya a pocos días de cumplir 20 años de esa profecía incumplida.

Un rotundo fracaso de la estrategia empleada por el Canciller y del Jefe de la Delegación García del Solar, con la complacencia del Secretario Solá.

Dr. César Augusto Lerena

Mar del Plata, marzo 3 de 2010

Extractado de “Malvinas. Biografía de la Entrega. Pesca, la moneda de cambio”

 

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